yo guardaba
quietísimo
el aire
en mi boca
para soplar tus manos
y tu frío
guardaba
las palabras
heridas
entre el sol y la noche
para no celebrar
la muerte
—y tú
como un topo desnudo
en un códice
de pergamino
perseguías el miedo
y su bruma
quizás no sucedió.
foto: anka zhuravleva
1 comentario:
Lo acabaría en bruma y obviaría el quizás no acontecido.
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