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Cuántas veces querías sin querer
sólo para contarme los lunares.
Y vivías sin casi resolver,
náufrago de rincones y de mares.
Cuántas veces dormías sin saber
que con versos trenzaba los telares
para ser en tu piel y para ver
la luna con distintos avatares.
(Dime, cuántas derrotas de ti mismo,
y cuántos, otra vez me muero, ¡cuántos!)
Cuántas lluvias recé sin catecismo,
para que no supieras, amor, cuántos
temblores he callado, cuánto abismo,
cuántos entierros tuyos... ¡son ya tantos!
[El cuadro: Henri Matisse, Interior with a Violin, 1917-18]