miércoles, 31 de agosto de 2011

Me vive un patio


Me está viviendo un patio
en tanto que me alcanzan las palabras.
Al amanecer tengo doce repes.
                     Nunca terminé el álbum.

viernes, 26 de agosto de 2011

Back up

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Puedo sentir tu miedo en las motas de polvo.
Escucho tu dolor
—el de antes y el de ahora—
lo sé, porque he acariciado tu orfandad
y conozco el abismo de un crujido,
lo sé,
por la misericordia de la lluvia
y por lo inmemorial de tu verdad adherida a los pájaros,
y lo sé porque tú eras, cruzando la avenida,
la luz y el alambique,

puedo sentir tu miedo, no lo dudes,
tan dentro como un sauce su memoria.

domingo, 21 de agosto de 2011

Nota: domingo, 21 de agosto

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Nunca hubo demasiados territorios
de ternura inventada,
y sin embargo siempre vuelve el mismo
silencio que emigró cansado de resinas.
Nunca supe decir stradivarius
pero vestí palabras con madera de arce
y oscilé por la vida ensayando el amor.


martes, 16 de agosto de 2011

cuando tu voz me empuña (r)

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cómo no averiguar
el sonido en la noche
que llega a contemplar ninguna parte
y sacude mi lívida cintura
con estremecimiento adolescente,

cómo no besar tu alma
que inconfundible ríe la locura
de una alondra atrapada
en la triste nostalgia de la lluvia,

¿cómo no ser tu amor
cuando resbalas sílabas de vida
que oscilan y alborotan mis entrañas?

cómo no sucumbir
a ti y estar a salvo,
si mi cuerpo se quiebra prematuro
postergando el fracaso de lo humano
y me convierte al cáliz de tu voz
que somete y masturba
la dignidad crecida hondamente en mi boca,
y me hace vivir y respirar
el sonido en la noche
que llega a contemplar ninguna parte.

[foto: extraída de la red]

jueves, 11 de agosto de 2011

(de lo gris)

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si provienes del gris
y te asombra la brújula de hojaldre
—porque no te la crees—
si rehúsas lo bello de lo estéril
y sólo oyes tristísimas raíces
si has renunciado a tanto tan hermoso
         que tiene lo fugaz
y ya no reconoces la forma de los tilos
ni la importancia grave de un guisante
si deshaces tus lágrimas
         sin dudas y sin riesgos
si acaso te contagias del óxido del bronce
como una mutación de la memoria
         si provienes del gris
y entierras la paciencia de los mapas
y copias la emoción de lo marchito
para cumplir 
y ser escaparate
si entierras
si copias
si renuncias
—no te asustes—
morderás cada día el mismo polvo.

lunes, 8 de agosto de 2011

Ya no estás en los violines

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Cuántas veces querías sin querer
sólo para contarme los lunares.
Y vivías sin casi resolver,
náufrago de rincones y de mares.

Cuántas veces dormías sin saber
que con versos trenzaba los telares
para ser en tu piel y para ver
la luna con distintos avatares.

(Dime, cuántas derrotas de ti mismo,
y cuántos, otra vez me muero, ¡cuántos!)
Cuántas lluvias recé sin catecismo,

para que no supieras, amor, cuántos
temblores he callado, cuánto abismo,
cuántos entierros tuyos... ¡son ya tantos!


[El cuadro: Henri Matisse, Interior with a Violin, 1917-18]

jueves, 4 de agosto de 2011

Zumbido

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Nadie.
Ni siquiera una sombra. Nada.

Y el ruido continúa
con la insistencia inútil
del que está detenido y permanece,
como en un déjà vu, frente a los residuos
de su última mudanza.

¿Cómo hablar con nadie
y confesar la densa niebla y su caída?

Nadie puede curarme la tristeza
porque ya regresé al mismo punto
de sábanas sin tacto,
ésas que nos envuelven como un blanco sudario
y conspiran en círculos viciosos,

y el ruido continúa,
descarado, imperfecto, visceral,
como la luz primera del poema
y el temor a no ser ni el verso que acredita
destino y existencia.

¿Cómo decir, amor, que me he rendido?


[foto: beatriz morán]
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NOTA: "Con versando" se toma unas vacaciones. Volvemos en septiembre.

lunes, 1 de agosto de 2011

de lo invertebrado y lo eterno

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se hundirá la inocencia en pecado sin cielo,
nadie sabrá contarle de la auténtica pena,
se hundirá cualquier día
sin haber conocido el pinchazo del alba
y noviembre será —casi seguro— rojo,
y llegará la voz,
y sonará debajo de tu piel,
como suenan las voces de los que se fueron,

se hundirá la palabra en la humedad
sin saña, con temblor de fluidos

(silencio por silencio),

se hundirá lo indecible y también lo solemne,
a hurtadillas, detrás de la misma emboscada,
y cuando todo sea hundido,
volverás otra vez con fatiga de muertos.

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