.
Foto: Paloma Corrales
.
que me invita a jugar con rimas y medidas y eso me gusta.
Hay un tiempo de tarde
que derrama su luz justo en el agua,
y hay un cielo cobarde
tan cercano y caótico que fragua
la costura y la etapa
por donde la existencia se me escapa.
Es un tiempo de siesta
donde cada palabra es un murmullo,
y me entrego dispuesta
porque sé que no habrá nada más tuyo
que mi sola ternura
que te despojará de tu cordura.
Y no hay conceptos
ni dudas ni obviedades que mitiguen
tantos viejos preceptos,
pues no comprenderé que nos castiguen
si bajo el cielo raso
combatimos la pena y el fracaso.
Y por eso da igual
no obtener el perdón de algunos dioses,
porque es lo natural
fundirnos y olvidar las otras poses.
Y si llega la muerte
nos moriremos sin que nos despierte.
.