saberme como sílaba
como palabra, como frase,
y quererme,
mirarme con los ojos de la lluvia,
callar lo que no dije
cuando me consolaba con lo fácil,
y quererme,
quererme en los inviernos pálidos,
en lo falso,
en los trenes sin rumbo,
igual que los amantes que se fugan,
saberme cada día pacto y boca
y cantar la inocencia de la niña
que nunca regresó,
quererme en los manteles y en las sábanas
a través de otros cuerpos y otras voces,
en la ofrenda del miedo que tiembla soledad,
en el lenguaje que no alcanza,
aceptar el abismo
y alguna vez, q u e r e r m e.
[foto: roger ballen]