Foto: Noelia Palafox
Vestida de domingo
de pronto me recuerdo vegetal,
soy en el claroscuro
de un silencio de flores,
vestida de domingo me miro en tu mirada
(por qué dices que es marzo
si llegas en octubre
como una niebla blanca),
mírame,
me he puesto las enaguas
y he ocultado el llanto
en la fragilidad de plumas de tus huesos,
sí, mírame, papá,
es domingo y será de infancia,
de chopos y de río,
como antes,
cuando tu vigilante terneza me salvaba.
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