no llegará tu voz
a rescatarme
no llegará
y con la terca sombra de lo único
guardaré mi cabeza en un cajón
y ya sin nervios
sin ojos y sin lengua
adaptaré mi cuerpo
al frío de la sangre
y rezaré
desesperadamente
rezaré
para que mis pulmones
recuerden a sus branquias.
[foto: lilya corneli]