Una vez sin tus manos
llevarás guantes como los que caminan sin voz
para evitar el eco de palabras,
y en el tibio reposo de lo fácil
se extinguirá el misterio.
Olvidarás el vértigo entre el perdón y la culpa
y pasarás por alto el sudor y la saliva
de todo lo que fuiste.
Llevarás guantes.
Y en los ojos, la cepa de otro linaje,
el sueño del pasado
y un perfil de tristeza
que no logra mirar fijamente. Llevarás guantes.
[foto: roger ballen]