Estuvimos en Leganés, él, Ángel
Muñoz, nos citó allí, en su barrio, y como era de esperar no sólo se sintió cómodo,
sino que también fue una pequeña ayuda para su nerviosismo inicial.
Nos contó sus proyectos, nos
habló de su obra, de su propia evolución e hicimos algunas reflexiones sobre su
brevísima forma de escribir. Parece que Ángel buscara decir con las mínimas
palabras lo que carece de ellas, como si con la condensación y ayudándose del
simbolismo fuera posible arrojar un poco de luz sobre lo invisible o lo
indecible. Esa es la idea que me transmitió: la difícil búsqueda de lo esencial.
A la hora de preguntarle como
quería aparecer (ese "título" que ponen los chicos a modo de presentación), dijo sin pudor que
poeta le venía grande y el mismo —como podréis comprobar— eligió ser “persona a
secas”. Definición que, bajo mi punto de vista, abarca toda una inmensidad.
No os cuento más, para verle y
escucharle:
Si os interesa seguir sus pasos,
su blog:
Muchas gracias, Ángel, un placer conocerte (al fin) y
charlar contigo.