amarte con la voz fragmentada
por los lentos hinojos,
en el azul más grave,
saberte en otro día venidero
y aguardar
como la cicatriz que aguarda
un solo beso,
amarte con el alma fascinada
en la copa, en el verso y todavía
(tocar, reconocer, palpar),
mientras en un orgasmo
largo y suave
largo y suave
—tan suntuoso y húmedo
como mi pelvis cuando tensa—,
te camino
con la boca perdida en tus razones,
con mis dientes, mis uñas y mi piel,
empapada y herida,
amarte casi al límite,
renacer.
[foto: extraída de la red]