jueves, 4 de agosto de 2011

Zumbido

.


Nadie.
Ni siquiera una sombra. Nada.

Y el ruido continúa
con la insistencia inútil
del que está detenido y permanece,
como en un déjà vu, frente a los residuos
de su última mudanza.

¿Cómo hablar con nadie
y confesar la densa niebla y su caída?

Nadie puede curarme la tristeza
porque ya regresé al mismo punto
de sábanas sin tacto,
ésas que nos envuelven como un blanco sudario
y conspiran en círculos viciosos,

y el ruido continúa,
descarado, imperfecto, visceral,
como la luz primera del poema
y el temor a no ser ni el verso que acredita
destino y existencia.

¿Cómo decir, amor, que me he rendido?


[foto: beatriz morán]
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NOTA: "Con versando" se toma unas vacaciones. Volvemos en septiembre.

26 comentarios:

Charcos dijo...

Zumbido que despierta y nadie ni nada puede evitar que me invada de desolación abrazada a tus versos que hoy (como nos tienes habituados) de tan profundos son de una belleza incorrupta como el origen de todo.

y el ruido continuará y estaremos vivos

pero rendirnos sólo un segundo


besicossssssssssssssssssssss

VICTOR VERGARA dijo...

Pues ya lo has dicho de una manera muy bella.

El sonido de la soledad y del vacío es atronador.
La imagen de las sábanas convertidas en sudario por mor de la soledad es impactante.
Me ha gustado mucho.

Besos.

Anónimo dijo...

no puedo soportar la estela de zumbidos desocupados que deja el trasiego de una mudanza, no importa de qué clase y tipo. Hermoso el ritmo y muy profundo el trasfondo. Besos

Amando Carabias dijo...

Tremendo y hermoso, de una tristeza tan sobrecogedora y a la vez tan atractiva, una melancolía que hiere.

Caos dijo...

Es grande, grandísimo. Como la vida, de pronto, en un bocado.

:) cuánto enseñas, y cuánto aprendemos.

besos

La Solateras dijo...

La inmensa tristeza de la rendición, el vacío de dejar de amar. Desolador.

Y tu poema grande, como siempre.

Besazo

Unknown dijo...

Lo has dicho dejando un estremecimiento de almas, un estremecimiento de esos que hace que se derrumben las defensas y nazca lágrima después de leerte.
Poema grande, como tú, Paloma. Enorme.
Un abrazo y mil besos.
Leo

Marisa dijo...

Se disipará el ruído
y volverán a ser tacto
las sábanas dormidas.

Besos

Amaya Martín dijo...

Extraordinario!

Anónimo dijo...

Sustentas el poema en el interior de tu alma y eso hace que cale hasta el tuétano.

Eres grande, poeta.

G.C

Migli2007 dijo...

Soledad, espacios vacíos, tristeza-calma y un verso final grandioso!
Un Poema con mayúscula, de esos que se quedan, Paloma

Un gran abrazo,
Maffi

Manuel dijo...

¿Realmente te has rendido?. Yo creo que no. Al menos para escribir un poema tan hermoso creo que hace falta mucha energía.

"¿Cómo hablar con nadie
y confesar la densa niebla y su caída?"

Estos dos versos me parecen de una belleza prodigiosa.

Mi enhorabuena, Paloma, con un beso.

Anónimo dijo...

¡¡Felices vacaciones!! Hasta tu regreso me quedo pensando en esas primeras luces de un poema y en los residuos de una mudanza. ¿Qué difícil una mudanza, verdad?

Besos.

Juanma.

Nines Díaz Molinero dijo...

"y el temor a no ser el verso que justifica destino y existencia..."

Ese temor, Paloma, está de tu parte cuando eres capaz de escribir versos como estos.

Un abrazo.

ralero dijo...

A veces lo que sentimos como una rendición propia, no es más que una tregua que nos damos para no desangrarnos del todo y poder seguir luchando. Espero que sea el caso.

Besos.

Unknown dijo...

Supongo que es la casualidad, pero tus poemas de ahora tienen la virtud, la extraña virtud, de hablar por la boca de un hombre que está mudo. Me recuerda este demoledor poema a uno de Gabino Alejandro Carriedo que publiqué en El Libro de Las Premoniciones, allá por el año 1999. Hace unos días los grabé en el blog de Poesía de El toro de Barro. Entre ellos está precisamente Otra Tarde de Domingo, que acaba con estos versos, que los tuyos me han traído a la cabeza como una tormenta de verano:


Preámbulo del silencio
...
donde nada acontece.
Ni te llama.
Ni te espera.

(http://poesia-del-torodebarro.blogspot.com/2011/07/otra-tarde-de-domingo-de-gabino.html)

Me alegra mucho haber tenido la suerte de encontrar tu poesía. No me esperaba algo así. Te regalo a mí mismo. Creo que me lo merezco.

Juanjo Almeda dijo...

Hola, Paloma, es hermoso...
Creo haber visto en este poema versos de seis, siete, ocho, once y catorce sílabas (no sé si me dejo alguno). Seguro que no son casualidad. Besos.

eloy dijo...

Siempre es un placer visitar tu alcoba. ¡Enorme poema este zumbido!

Besos, y feliz verano

eloy

La sonrisa de Hiperion dijo...

Aunque no nos rinsamos del todo...

Saludos y buena tarde.

Paco Sales dijo...

Bellísimo poema amiga Paloma, pero estoy seguro que no te rindes…..amor. Recibe un fuerte abrazo amiga mía

Flamenco Rojo dijo...

Rendirse nunca...

Un abrazo.

Julio Dìaz-Escamilla dijo...

Así como lo has dicho es perfecto. Hay madurez y sobriedad en el poema, en el sentir y las metáforas saltan a los ojos del lector que se va emocionado.
Felicitaciones.

Anónimo dijo...

Magnifica forma de rompernos las corazas.
un abrazo.

Isabel dijo...

Simple y sencillamente, me ha encantado!
Esto me motiva para seguir escribiendo Sobre mi blog!
Un abrazo, Isa

Carlos Morales dijo...

Es un gran poema. Un poema verdadero.

Misk dijo...

Ciertamente se nota hondo, porque es una sensación que nada es, y por más que se intenta encontrar el resquicio de pronto un inútil pensamiento se posa al acecho, pero nada es...

Misk

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