Si cantan los gorriones y crece la yerba, existe un lejanísimo pretexto donde la soledad puede no ser irremediable. Entonces, convocaré tu voz a la paciencia de los gusanos de seda, a lo celeste y lo desconocido.
Y así, prevalecerme.
Y así, prevalecerme.
15 comentarios:
lo único irremediable aquí es leerte es casi como el aire acondicionado en este verano que se presiente tórrido.
me gusta una jartá
besicossssssss
Siempre es un placer leer tus letras, tan llenas de sensibilidad y sentimientos.
Un abrazo
Lindo, lindo, lindo de veras. Me gusta mucho la modulación que has elegido esta vez.
Querida amiga, son pretextos sencillos pero tan inmensos (e inabarcables en su totalidad)...
Cada día encuentro menos razones para no prevalecernos.
Besos. Felíz semana.
Versos bien meditados,
en el recuerdo y en la paciencia
la soledad es menos.
Mil besos Paloma
Este modo tan tuyo de prevalecer, es el modo con que tus versos me encierran en esas imagenes tan sugerentes que me hacen sentir mil emociones. Me encantas siempre.
Un abrazo y mil besos.
Leo
Llega y de que manera.
Besos.
Gino.
(no puedo decirlo desde mi cuenta)
Leyendo tus bellos poemas no existe la soledad, tus palabras nos acompañan por la belleza de las misma. Recibe un fuerte abrazo amiga Paloma
Prevalecer es importante, y más, si se hace con silencio y paciencia.
Breve y elegiaco.
Un abrazo, querida amiga.
Como una hipótesis de mariposa
me tejieron con un hilo de luna
en el brazo de un marinero rosa.
No te digo que me gusta, es obvio que sí.
Besos.
No te esfuerces, querida Paloma, prevalecerás porque tu poesía te hará eterna.
Un beso.
Buahh, Paloma, lo he leído y releído,y cada vez que lo releo adivino más evidencia y más misterio en esas palabras. Un platito diario de palabras así de bien ordenadas sería el alimento perfecto. Un beso.
Lo bueno si breve... me deja con ganas de más.
Otro beso
Tan genial como siempre...te leo y admiro.
Ya sabes...
besoo
Andres
no te haces a la idea de cómo aprendo de tu sutileza, tu poesía... iluminas.
un beso.
Es un placer leerla estimada.
Besos en el Alma
Ezequiel
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