Abrazo cada noche con oficio de amante
el orden inmutable de tus ojos
y dudo de la vida,
la pared subtitula —desvergonzada y pública—
el seno maternal de la inocencia,
las sonrisas que no me pertenecen,
los muertos en la arena,
yo te saludo desde mi recuerdo calcinado de amor
y anulo mis instintos en tus párpados,
hacia adentro, en lo errático.
Y descubro que no tiemblan mis manos
con esta gran mentira
ni con la misma lluvia incansable y ascética
que riega las caléndulas
de amarillo sin voz,
y da igual dónde vaya,
arrastro la tristeza de la tierra en mi carne,
te saludo si vienes hacia mí, pero casi no soy,
y sigo dando vueltas en la misma escena;
es tiempo de fantasmas todavía.
Héteme bien sentada al borde del vacío,
rumiando la agonía de lo eterno
con los labios pegados a un poema
que sueña en los suburbios
de la melancolía,
como una alternativa sin semántica,
abajo, muy abajo, en la humedad del llanto.
(Foto: extraída de la red)
9 comentarios:
Siempre genial, queridísima amapola.
Un beso enorme!!!
una maravilla!
un beso desvanecido en agua y sal
héteme aqui sentada en el centro de un pedazo poema que como los de Elvira me traspasan todas las barreras.
por mi como si lo publicas cada día
n
o
m
e
c
a
n
s
o
besicos mil
Impresionante. Te apropiaste del lenguaje.
Cuánta dureza puede llegar a contener la ternura. O viceversa.
Besos.
Es impresionante tu capacidad lírica, hablar el poema en susurros para ensordecer al lector que se agita y agradece tus bellas letras.
Un abrazo.
(En www.hablaspalabras.blogspot.com me he permitido pensar en tu oficio para un premio que, espero aceptes. Otro abrazo)
Me encantan las caléndulas, las cultivamos.
Y me encanta tu poema, como siempre estupendo.
Cariños y caléndulas.
Excitante poema. Excelente.
Un abrazo.
Leì la version breve, la version extendida, y ahora lo releo y es como si lo descubriera nuevo con cada lectura, dejando que tus letras me abraces sin temor de caer en lo erratico, simplemente dejàndome llenar con tu poesia.
Un abrazo enorme, Paloma.
Leo
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