viernes, 8 de junio de 2012

Temblores





















Pensaba que elegía
la soledad brutal de escribir versos,
que la palabra fuera
rescatar otras vidas,
otras gaviotas, otro silencio,

pensaba que elegía lo que nace
y se presiente como un rumor cósmico,
lo vulnerable,
que la palabra fuera templada
para elevar conciencias,

pensaba que elegía desandar
los vínculos forzosos,
escribir por ejemplo:
más allá de tus muslos hay un blues
que murmura metáforas
con ternura de sílex, con caricia de algas

(más allá),

pensaba que elegía
desvincularse
y temblaba
con ojos amarillos la misma impronta,
el mismo ruido,

y elegía
que la palabra fuera pulmón y aire
más allá de la lengua,
que la palabra fuera y no muriera.    

[foto: plis7lis]

18 comentarios:

Alonso de Santa Inés dijo...

Su innato poder, siempre.

Flamenco Rojo dijo...

Paloma...siempre igual.

Un fuerte abrazo.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Cuando no sabemos aún las espinas que traen las palabras, su dolor y, no obstante, su amparo. Cuando se parte de la edad sin retorno donde todo es posible.
Muy hermoso, Paloma.
Besazo.

Anónimo dijo...

Mientras sea usted quien sostiene a la palabra, ésta no correrá peligro. Poemazo, no diré más.

Saludos de un fiel lector.

Unknown dijo...

Tu palabra siempre es, tú siempre eres, tu palabra siempre llega, tu palabra nunca muere!!!
Excelente poema, Paloma, como siempre. No me cansaré nunca de leerte.
Un abrazo fuerte y mil besos.
Leo

Lapislazuli dijo...

Hola Paloma tu conservas la palabra y la vuelcas en este bello poema
Un abrazo

Amando Carabias dijo...

Fantástico el poema, ese ritmo, esa cadencia como de suave oleaje sobre la orilla, con ese sello inconfundible. Hermosa reflexión sobre la tarea poética. Lo singularizas en tu propia labor, pero creo que puede extenderse a muchos, sino a todos. Creemos (creo, contigo) que somos (soy) quien elige, dictamina, decide sobre los poemas, sus imágenes, su objeto, su esencia... Pero en el fondo todo eso da lo mismo, lo que importa es que somos (soy) una gota en un océano y la labor consiste en que la palabra sea, que la palabra no muera y permanezca. El resto importa, sí, pero importa menos.

ralero dijo...

Sólo lo que piensa y se piensa, puede llegar a ser (aunque no siempre lo consiga).

"pensaba que elegía desandar
los vínculos forzosos,
escribir por ejemplo:
más allá de tus muslos hay un blues
que murmura metáforas
con ternura de sílex, con caricia de algas"

Esta estrofa es lo más. Me encantó.

Besos.

Unknown dijo...

nada mas allá del blues de estas palabras,
mas acá los deseos de poder hablarlas,
un abrazo

Charcos dijo...

Y a mí que me parece que cada día creces, hoy nos regalas un poema algo más extenso a las puñaladas breves pero intensas a las que ya nos tenías acostumbrados.

Llegas y envuelves con una magia descriptiva que atrapa. Tiene mil matices mil lecturas como los poemas que no nos cansamos de leer y releer.

He vuelto varias veces y siempre encuentro un nuevo ruido

Besicosss

Darío dijo...

Rotundo y precioso.

Noris Marcia dijo...

Intenso y bello poema, Paloma, como siempre que te leo...

Loveless dijo...

hermoso blog, te sigo...

Elvira Daudet dijo...

He venido a comentar este poema tres veces, y las tres me he ido sin encontrar palabras, golpeada, herida y muda por la belleza que irradian estos versos: "Más allá de tus muslos hay un blues/que murmura metáforas" o estos otros:"y elegía/ que la palabra fuera pulmón y aire,/ más allá de la lengua". Un poema magistral, Paloma.

Besos
Elvira

leolo dijo...

Un excelente poema, Paloma, de cadencia justa, que crece con las palabras y llega muy adentro. Destaco la estrofa:
"pensaba que elegía desandar
los vínculos forzosos,
escribir por ejemplo:
más allá de tus muslos hay un blues
que murmura metáforas
con ternura de sílex, con caricia de algas"... que me parece fantástica.

Un abrazo poeta.

Nines Díaz Molinero dijo...

El ritmo que contienen tus poemas, la forma de desnudar la palabra y la imagen que sugiere es poesía en estado cada vez más puro, Paloma.

Grandísimo poema con una estrofa final realmente admirable.

Un beso.

Anónimo dijo...

bellísimo

Marisa dijo...

Si pudiéramos elegiríamos
temblor en la dicha,
la palabra eterna.

Un beso

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