había otra ternura en sus bolsillos
y un infinito abierto en cada esquina,
esmaltaba promesas de cartón
sin saberlo,
las colocaba cada día
en los olmos
y esperaba,
unos minutos, una hora, tres lunas,
había soledad, allá abajo, en el patio
y la sombra pequeña
de un ciprés,
había una luz y el recuerdo amargo
de todo lo incumplido,
sollozaba el poema de su muerte
como si todavía.
[foto: yanire fernández]
7 comentarios:
(Hoy no se me escapa: guiño cómplice)
Tremendo poema in crescendo, con un final rotundo en ese "todavía." La imagen, no puede realzar más tus palabras.
Un abrazo.
Un flas, provoca la sombra de los recuerdos y a ella nos aferramos a pesar del dolor que puedan provocarnos.
Un poema con garra, querida Paloma.
Besos.
Aquí estoy, lo he leído una, dos tres, mil veces, he ido a otras partes y he regresado nuevamente, y siempre siento ese temblor que me provoca tu poesía, que me recorre, que me estremece, que me hace sentir y llorar...Ese final, ay!
Qué puedo decirte que no te haya dicho, Paloma, si que me puedes con tus versos. SIEMPRE!!!
Un abrazo fuerte y todos mis besos.
Leo
ufff Paloma que decir, sino que me sacudido... tu poema levanta palacios bajo la piel, y desde allí conquista la emotividad toda.
Simplemente eres grande.
ya sabes que me encanta, cada palabra envuelve exacta, precisa y estalla en tantas imágenes que se hace imprescindible volver y volver al poema, y no importa porque cada vez es diferente y hay un secreto, un matiz por descubrir.
un infinito abierto en cada esquina / eres la leche que lo sepassss
Uff... Al principio parece que el poema va a ir por un lado, pero no, me llevas de la mano hacia ese dolor íntimo e inapelable... Y en el fondo, como casi siempre, tienes razón, escribimos sin enterarnos el poema de nuestra muerte.
Simplemente, un poema fantástico.
Abrazo grande y feliz año.
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