Ella, Ana Montojo, es visceral, llega a la poesía después de la peor tragedia que le puede suceder a un ser humano y la poesía, en cierta forma, la salva.
El pasado año 2010 ganó el Blas de Otero y casualmente hoy se lo entregan en el salón de actos de la Casa de la Cultura de Majadahonda, en Madrid, a las 8 de la tarde.
Sus versos no dejan indiferente a nadie, por desgarrados y auténticos, pero es mejor que lo comprobéis vosotros en esta distendida y agradable charla que mantuvimos:
Para más información os dejo también el enlace de su blog:
Gracias, Ana, muchísimas gracias, por el desayuno, los poemas, por abrirnos las puertas de tu casa y un poco las de tu corazón. Por ti.
¡¡Disfruta mucho hoy!! Te lo mereces.