.
Me mantengo justo al borde,
soy gemido de oscuros intermedios,
siquiera sé si escribo o me reinvento
(estoy siendo sin saberlo),
tal vez la estatua del parque
me transmutó,
y busco pájaros ausentes y callados
en la vertical impuesta
donde la desnudez y la intemperie
no sean un preludio de tristeza.
Me visito huérfana,
despojada de tierra y agua clara
y el bronce que me habita inescrutable
se nutre de mi exacta soledad.
Permanezco en la inercia de los huecos,
el viento me rodea sin lenguaje
en la quietud infinita
que precede al sobresalto
de la piedra tallada sin costumbre,
y entonces, ya no sé si nací sola
o soy mi propia sombra equidistante.
.
Es como siempre de una belleza propia de ti, pero esta vez lo doblas recitándolo. Eres un lujo pero de los grandes!
ResponderEliminarBesicos tropocientos
Este "dos en uno" es gratis. Pobre de aquellos que, teniendo la oportunidad de leer y escuchar, no lo hagan.
ResponderEliminarEn la voz de los adolescentes... ¡te sales!
Besitos, Corrales.
Precioso poema, Paloma, amiga y poeta.La poesía libre es muy difícil, pero tú bordas tus poemas sin necesidad de inútiles y sobradas metáforas, sino con la palabra llana de una verdadera poeta. Y no me refiero a la llaneza de un relato, sino a la hondura poética, tan dífícil de dominar y que tú posees con largueza. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCoincido en que hacen nupcias tu voz y tus versos. Profundidad, melancólico empeño; joya que en su triste y sobria elegancia se engalana y reluce con perlas grises. Me desarmas siempre, Paloma. Un beso.
ResponderEliminarEs un verdadero encanto poder disfrutar de tus versos en tu voz, es un baño doble de metáforas y lirismo que calientan mi alma, hoy que me hace falta.
ResponderEliminarBesos infinitos para ti.
Leo
"el viento me bordea sin lenguaje en la quietud infinita" es lo que he sentido esta tarde paseando por el bosque. Felicidades.
ResponderEliminarTe beso
Sentimiento desprovisto de luces que señalan la puerta de salida, acentuada dejadez que antecede el día por llegar, ausencia del lenguaje compartido, tenue luz...
ResponderEliminarDesconocimiento de la sombra que pulula a las espaldas. Viento que se pega, soledad o errancia... Lo por venir no sabe; una no sabe de sí misma... Preguntas reposadas, como de admisión o dudas sin resolver.
ResponderEliminarMe gustó oirte, amiga...
Gracias. Un besito.
Precioso poema, Paloma, de los que a mí me gustan, con ritmo y contenido y, encima se entiende y deja sensaciones positivas en el alma. Enhorabuena.
ResponderEliminarDigo como Jesús: Te sales.
ResponderEliminar...Permanecer en la inercia de los huecos...
Incertidumbres del ser, estando parados y esperando que nos lleguen respuestas a través del pensamiento. Grande.
Besos.
Leerte es aprender Paloma. Es fácil dejarse llevar por la música de las palabras, y transmutarse en su lectura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como el bronce, como la piedra, como la aparente materia inerte que suponemos fosil y sin nervios... Pero el latido está escondido y estalla en versos imprevistos, como estos tuyos que se "mantienen justo al borde y son gemido de oscuros intermedios".
ResponderEliminarMaravilloso, Paloma. La voz tibia de lo inerte se abre paso en tus letras y designas lo oculto, el río que recorre las cosas y las dota de alma.
Beso enorme.
Para mi gusto este poema es de los mejores te te he leido. Las imágenes están muy logradas y tiene mucha musicalidad.
ResponderEliminarUn placer.
Sabes describir la esencia de los sentimientos con palabra clara y oficio de poeta. Como siempre maravilloso
ResponderEliminarAbrazos
El poema es bello en sí mismo, no encuentro una manera más sublime de contar las dudas del alma que nos asaltan a todos. Pero escucharte a ti, contando tus sentires, ha sido toda una sorpresa. Me doy cuenta de lo hondas que brotan tus palabras.
ResponderEliminarUn poema magnífico.
Un abrazo, amiga Paloma.
Estoy siendo sin saberlo... Todo el poema, uno de los mejores que te he leído, se impregna de esta inquietud existencial. Y universal como pocas.
ResponderEliminaritem más: hermosa lectura.
Escribes con palabras tan íntimas y certeras que salen desde tu fondo y llegan al mío. Las hago mías, las siento, las disfruto...hasta el punto de pensar que hay un alma poética colectiva de la que formamos parte.
ResponderEliminarPerdón por la comparación, sé que tienes una madurez y solidez poética que me falta.
Un abrazo.
Cuando se está realmente solo todo es quietud. Y cuando se hace algo importante se está siempre solo. Por eso desnudas tu alma en cada poema.
ResponderEliminarY a pesar de lo que nos digan la soledad es necesaria, no siempre y constante, pero necesaria.
Abrazos.
Las letras pueden ejercer una fuerza impresionanate cuando obra la poética entre los sentimientos y ellas... pero cuando se hacen voz además se ejercen sobre otros sentidos y, sinceramente, cuan es tan bien hecho, se disfruta a lo grande.
ResponderEliminarMaravilloso.
Siempre esencia.
Me quedo con la voz y la palabra y te abrazo.
ResponderEliminarBrillante, un poema impecable y las sensaciones todas de la inercia.
ResponderEliminar¡Qué gozada! Cada vez que lo leo me gusta más. Creo sin temor a equivocarme que es el poema que más me ha gustado de todos los que te he leído.
ResponderEliminary busco pájaros ausentes y callados
en la vertical impuesta
donde la desnudez y la intemperie
no sean un preludio de tristeza
Estos versos son para quitarse el sombrero.
Un beso.
Últimamente estás de un existencialismo que estremece.
ResponderEliminarBesos.
No sé que más respeto y admiración me produce, si
ResponderEliminartu poema, tu voz, tu poema en tu voz, tu voz en el poema...
estremeces.
Leo y viene a mi imaginación una mujer sola paseando en otoño por el parque del Retiro. “Gemido de oscuros intermedios”.
ResponderEliminarBesos silenciosos.
Querida Paloma has plasmado de forma fidedigna ese momento de cavilación profunda en donde, como siempre y a toda hora nunca te abandonan las musas. Un gran abrazo
ResponderEliminarGracias por tu voz, Paloma. Difícil dilema ahora decidirse por la seducción que provocan tus letras o por la de su sonido. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
te inventas y te reescribes, te dejas consolar por el píar de los pájaros y te convence la estatua del príncipe feliz o de la chata y seguramente unas veces estás sola y otras en el medio.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Paloma:
ResponderEliminarEs la primera vez que llego a tu blog por recomendación de Fernando y me he encontrado con la maravilla de tus versos y un gusto exquisito por el arte!!!
El poema que aquí nos dejas es bellamente concebido y nos desnuda esa situación del ser humano haciendo malabares entre el ser y no ser, en esa paradoja de la soledad que uno elige y la otra, impuesta y no deseada, y que te hace vivir esa "insoportable levedad del ser", la misma que vivió Tomas, el personaje del famoso libro de Milan Kundera.
Ah, felicidades por ese hermoso soneto que te ha dedicado Fernando; tu cabellera tiene el brillo de los trigales con el sol de las cuatro de la tarde y la explosión de una cascada en hebras de oro!!!
Felicitaciones y un abrazo.
Gustavo Figueroa V.
Gävle, Suecia.
¡Te superas...!
ResponderEliminarUn beso.
Justo en esa longitud, la equidistante, la nombrada en la conclusión es donde radica todo el peso del poema. Magistral, Paloma. La introspección cruda relatada en un lenguaje profundamente poético. Me encanta cómo se elabora verso a verso.
ResponderEliminar"en la vertical impuesta", manteniendo el equilibrio.
Besos.
Laura
Hermosa tu voz (por primera vez te escucho) y tus letras... como siempre llenas de profundidad.
ResponderEliminarUn placer haber pasado por tu blog.
Que decir después de tus inmensas palabras...
ResponderEliminarEres grande Paloma
Mi felicitación amiga
Luisa, sin tu ayuda ese archivo de sonido no estaría ahí, muchas gracias.
ResponderEliminarUn beso.
Arroyo, gracias, eres un sol.
ResponderEliminarBesos y besos.
Mi querido Fernando, tu generosidad no conoce límites, gracias de veras.
ResponderEliminarAbrazo gigante.
Y tu a mí, Pedro, con tus comentarios y tu incansable aliento. Gracias.
ResponderEliminarBesos, y un gran, gran abrazo.
Si he conseguido llegar tan profundo, querido Leo, y si además en algo te he reconfortado, ya valió, con creces, la pena.
ResponderEliminarBesos multplicados y mi cariño.
Me alegra, Bego, ese sentimiento (re)conocido ;-)
ResponderEliminarTe abrazo largo.
Gracias, Ánima, más que un sentimiento desprovisto de luz, lo escribí como una exploración interior, casi, casi, brota de los recovecos de las dudas... pero el poema es del que lo lee.
ResponderEliminarUn beso.
Es magnífico. Yo creo que nunca llegaremos a saber si somos nuestra propia sombra equidistante, o cuánto de ella somos, y cuánto real queda aún por descubrir. Esa es nuestra tarea. Yo diría incluso que nuestra "feliz" tarea, aunque a veces se presente muy dolorosa.
ResponderEliminarMe quedo con el verso "el bronce que me debilita inescrutable" La mayoría de los ciudadanos de este planeta somos estatuas y ni nos enteramos.
Un beso bien merecido.
Fantástico, profundo, exacto, bellísimo tu poema existencial... Enhorabuena y un aluvión de besos.
ResponderEliminar(no sé que pasa a veces en tu blog; se me rebelaba el cursor)
Hola, bello bog, precosas entradas, te encontré en un blog común, si te gusta la poesía te invito al mio,será un placer,es,
ResponderEliminarhttp://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
muchas gracias, buen día, besos.
Lindo ouvir-te!
ResponderEliminarVoz e versos... perfeito!
bj meu
mk
Sigue siendo, y sé consciente de ello, eres, y eres estupenda.
ResponderEliminarLo del audio, otro regalo.
Gracias.
Besos.
Muy bella la poesia mis felicitaciones,
ResponderEliminarun placer leerte.
feliz semana.
un abrazo.
Hermoso contenido.Un bello poema, placentero y sentido.
ResponderEliminarTe saludo, desde Argentina, Liliana.
felicitaciones por el blog y un saludo!
ResponderEliminarMagnífico autorretrato, Paloma, con un final excepcional. Me encantó.
ResponderEliminarUn besazo
Trazos existenciales que indagan, Esmeralda, sólo eso.
ResponderEliminarGracias, un beso.
Solatera, dejar poso en el alma es mucho. Gracias.
ResponderEliminarBesos.
Grande tú, pequeño gran Juanjo, más que salirme, me pierdo y vete a saber si alguna vez me encuentro.
ResponderEliminarBesos, una jartá.
Taty, el lector es a un poema lo que la lluvia a las plantas, lo hace crecer. Gracias por dejarte llevar y sumergirte.
ResponderEliminarBesazo doble.
... y que no nos falte el latido, Isabel, que no se adhiera lo inerte.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Gracias, Jose Antonio, me encanta que te guste.
ResponderEliminarBesos, muchos.
Luis, lo intento, y vosotros hacéis que sea grato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mercedes, me alegra que te haya gustado, a veces esas dudas no permiten ser expresadas, y se quedan y recubren incluso la mirada.
ResponderEliminarGracias, un beso.
Ese es el verso, Jose, el origen. ¿De lo mejor? me lo creo porque eres tú, gracias.
ResponderEliminarBeso.
Me gusta la idea de un alma poética universal, Anabel, y no te disculpes, estamos en el mimso barco.
ResponderEliminarTe abrazo.
Ps. lo mejor que le puede ocurrir a un poema es que quien lo lee lo haga suyo.
Lo es, Manolo, es necesaria para concentrarse y entregarse a la palabra, y es jodido esto de desnudar el alma.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Esencia, por llegar, leer y escuchar.
ResponderEliminarBesazo.
Niña azul, puedes quedarte con lo que quieras, yo me quedo con tu abrazo.
ResponderEliminarUn beso pa ti.
Es lo que tiene la inermidad, Curiyú, sólo exite la inercia. Beso.
ResponderEliminarVoy a tener que pensar que es uno de mis mejores poemas, Noray, eres el tercero que me lo dice... pero lo que realmente me llega es que lo disfrutes.
ResponderEliminarBesos y besos.
Éxodo, así te he tocao, así me tienes que gastar ;-) No, en serio, supongo que depende del momento vital.
ResponderEliminarBesazo.
Isabel, el mérito es venir a leer con la sensibilidad a flor de piel, gracias por traerla.
ResponderEliminarBesos.
Melacólica imagen, Intimista. Siempre me alegra encontrarte por estos lares.
ResponderEliminarBesos, doce.
Gracias, Drac, esperemos que me sigan acompañando esas musas.
ResponderEliminarUn abrazo gigante.
Querido Javier, no decidas, quédate con las dos. Gracias.
ResponderEliminarUn beso.
Así es Quique, y mientras tanto vamos averiguando y lo vamos intentando ¿hay otra fórmula?.
ResponderEliminarBesos, trovador.
Gracias, Gustavo, investigar sobre el sentido de ser o existir nos acompaña a los humanos desde el principio, y así seguirá siendo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu amabilidad y tus palabras.
Un abrazo.
Fco. Vila, ¡¡gracias!!
ResponderEliminarAbrazo.
Y a mí me encanta como los degranas y los captas, Laura, a veces es así, haciendo equilibrio en la cuerda floja...
ResponderEliminarBeso, una montaña.
Marisol, es la primera vez que pongo un archivo de sonido, me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminarBesos hacia Berlin.
Victoriana, conseguirás que me sonroje... gracias de corazón.
ResponderEliminarBesos.
Víctor, así nos toca, ser unas veces, otras perdernos, algunas no existir y también llorar... pero ir escudriñando y aprendiendo, y no dejar nunca de interrogarnos, es, como bien dices, nuestra "feliz" tarea. Y si somos estatuas, que no sea mucho tiempo, la contmplación también aporta.
ResponderEliminarBesazo.
Gracias, poeta vasca de mis amores, no tengo ni idea de lo que puede pasar, pero lo extraño es que lo supiese, soy paquete total.
ResponderEliminarBesos y membrillo.
Gracias, Don vito, ya me has invitdo algunas veces. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Márcio, siempre, siempre, consigues arrancarme un sonrisa.
ResponderEliminarTe abrazo.
Gracias, Maria, desnudándome poquito a poco ;-)
ResponderEliminarBesos.
Tú, sí que eres un regalo, querido paisano, y aunque algunas veces no sea, siempre vuelvo.
ResponderEliminarBesos y rosquillas.
Feliz semana para ti, Ricardo, gracias.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Liliana, por acercarte a leer.
ResponderEliminarSaludos de vuelta.
Sebastiano, gracias y un beso.
ResponderEliminarGracias, Carlos, me alegra verte, estás muy perdido.
ResponderEliminarAbrazo fuerte.