Yo quisiera decir que con otro pulso
la hierba y los colores,
pero algo no va bien:
no recuerdo el rumor de tu cintura,
no sé poner café,
¿azúcar o canela...?
¿Alguien puede indicarme la charla de los pájaros?
No, no sé el color del cielo
y hace rato que lo estoy mirando
con los ojos de lo trascendental,
pero se desvanece
como una delgadez de vena rota,
sin memoria, sin mí.
¿Alguien puede indicarme la palabra y la brisa?
Yo conocía el aire y los gorriones
de todas las mañanas,
pero esto no va bien:
no recuerdo la forma de las cosas,
observo desde cerca,
no sé poner café…
¿Te dije que el invierno vuelve blanco el tejado,
que a veces lloran sin saber por qué,
mis etapas, mi sombra y sus pisadas?
¿Te dije que la noche es como un éxodo
y que me embiste el miedo
por si acaso confundo lo vivido?
No sé poner café…
Tampoco sé tu nombre. No deja de llover.
pero algo no va bien:
no recuerdo el rumor de tu cintura,
no sé poner café,
¿azúcar o canela...?
¿Alguien puede indicarme la charla de los pájaros?
No, no sé el color del cielo
y hace rato que lo estoy mirando
con los ojos de lo trascendental,
pero se desvanece
como una delgadez de vena rota,
sin memoria, sin mí.
¿Alguien puede indicarme la palabra y la brisa?
Yo conocía el aire y los gorriones
de todas las mañanas,
pero esto no va bien:
no recuerdo la forma de las cosas,
observo desde cerca,
no sé poner café…
¿Te dije que el invierno vuelve blanco el tejado,
que a veces lloran sin saber por qué,
mis etapas, mi sombra y sus pisadas?
¿Te dije que la noche es como un éxodo
y que me embiste el miedo
por si acaso confundo lo vivido?
No sé poner café…
Tampoco sé tu nombre. No deja de llover.
foto: extraída de la red
No se puede leer este poema sin conmoverse, sin sentir tus palabras con la justa envergadura poética y humana, un poema que me llega muy hondo y que a pesar de la tristeza no deja de ser bello, enorme.
ResponderEliminarGracias, querida Paloma, este es un poema necesario.
Un abrazo fuerte y un beso.
Leo
Me dejas con un nudo en la garganta. Poema, que recoge una realidad terrible, tan próxima y tan dolorosa. Con exquisita sensibilidad, por supuesto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Impactante por donde se lo busque, simepre con la maravillosa construcción poética que te caracteriza.
ResponderEliminarUn afectuoso abrazo, amiga y gran poeta.
Triste es la vida
ResponderEliminarcuando no se reconoce
ni a uno mismo
en el espejo,
ya no existe
la memoria
ni el recuerdo.
Has hecho un bello poema
de esta terrible enfermedad.
Muchos besos.
Sobrecogedor. Bellísimo y emocionante. Es imposible leerte sin que se acelere el corazón y mejore el alma. ¡Qué prodigiosa capacidad tienes para hacer maravillas con las palabras!
ResponderEliminarTe echo de menos... Besos
Antonio
Con tu permiso le cogeré prestado para leérselo/mal recitarlo a la abuela de mi señora. Tiene Alzheimer y estamos de acuerdo que lo mismo consigue despertarla un segundo.
ResponderEliminarPone los pelos como escarpias Paloma.
Abrazos.
tristes son los comienzos de Alzheimer, pero por conocimiento de causa, sabiendo que cada día es un paso atras haciendo sentir impotentes y desquiciando a todo aquel que rodea al enfermo.
ResponderEliminarEse es el futuro que nos prepara nuestra tan cacareada logevidad.
Queda demostrado con este poema que lo bello es compatible con lo conmovedor…Que esta fatídica enfermedad nos pase de largo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maravillosamente conmovedor e impactante. Las cosas hay que decirlas de una u otra manera ¿qué mejor que dejarlas transcurrir en un poema?
ResponderEliminarUn beso inmenso, Paloma.
Lo más triste es que se olvidan los hechos, pero perviven los sentimientos... Llorar sin saber por qué, pero sabiendo que se está triste... Recordar que un día nos hablaban los pájaros y haber olvidado el idioma de sus trinos...
ResponderEliminarUn Beso, Paloma... Me alegra haber vuelto para leerte.
Venid, saludad a los que se quedaron
ResponderEliminara su pesar
en la consigna del miedo,
descubierto el infierno, ya no importa
la vida que no es.
Decid a todos que el dolor sólo duele
y no es bastante, que duermen
los arrumacos de aquella infancia remota,
subid a los cerros y gritar el nombre olvidado,
repetidlo
como cuando era electrizante,
infalible a la hora de la merienda.
No es el vacío ni la nada conquistados,
la ausencia de la lluvia si es que llueve,
ni es la premura de esta calma profunda,
es la lágrima extensa,
y no saber porque se llora.
Un beso de café.
Me emocionaste, Paloma.
ResponderEliminarUna amiga muy amiga lo vive de cerca y me hiciste estar en su piel por un momento.
Eres increíble.
Gracias.
Un abrazo enorme.
Sencillo, real, trágico, tierno y conmovedor con tu elegancia habitual impregnada en las palabras. Un beso grande Paloma, me encanta leerte.
ResponderEliminarPrecioso, Paloma. Una forma dulce de explicar la frustración, la implacable ausencia de uno mismo desde el interior.
ResponderEliminarMe gustan esos versos sueltos, aislados. La estructura también nos cuenta cosas.
Besos.
Laura
No sé donde ha ido mi comentario, pero te repito que me has emocionado. Perder las palabras sería la muerte, perder su significado, el porqué y a quién van dirigidas...
ResponderEliminarTe achucho calidamente
Una realidad, la de la enfermedad de la que hablas, que aterra y descompone. Todo pozo, todo oscuro, negro y olvidado.
ResponderEliminarCon el amor sucede esto mismo a veces sin que ninguna enfermedad lo enmarque en ella. Olvidamos las cinturas a las que nos acogimos, olvidamos las miradas que nos ponían café cada mañana... una tremenda soledad sucede entonces.
Un abrazo
Intensa estructura en la que no saber nos lleva a saber mucho mas de ti.
ResponderEliminarUn precioso poema Paloma, al leerlo muchas son los sentimientos que te surgen, una enfermedad cruel que hace que uno se olvide de lo que fue y de lo que paso durante su vida, un bellísimo homenaje Paloma, un fuerte abrazo
ResponderEliminarAcabo de leerte Paloma y la lágrimas no me abandonan. He vivido, vivo muy de cerca esa realidad en mis padres y sé muy bien de lo que hablas. Ahora mismo no soy capaz de escribir nada más. Solo darte las gracias, Paloma
ResponderEliminarUn terrible hallazgo: descubrir que no recuerdas, la perdida de la identidad. Ya no se es quien fuiste. Quizás lo vivamos peor los que lo vemos desde fuera.
ResponderEliminarEl poema emociona y no cabe sino felicitarte por darnos estos regalos que nos maravillan y emocionan.
Mis felicitaciones.
Un beso.
No sé porqué pensaba que te había comentado, sólo puedo decirte que nadie como tú para retratar esta enfermedad de una forma tan bella y tan accesible, cada vez que lo leo no puedo evitar llorar y recordar (triste ironía)y aún se me clavan los ojos perdidos que tantas veces vi y que aún sigo viendo en tantos que padecen lo mismo.
ResponderEliminarGracias Paloma y besicos
Sencillamente grande Paloma, muy, muy grande.
ResponderEliminarUn placer una vez más disfrutar de tu sensibilidad e inspiración.
Un beso.
Maravilloso Paloma. Un tema tan trágico, y tan bien llevado a esa zona de la belleza...
ResponderEliminarComo ya sabéis he andado en otros líos y he tenido todo un poco abandonado. Me iré poniendo al día...
ResponderEliminarEste poema es como una puñalada para el alma...
Tan bello, tan sensible, tan tierna, y uno acaba hecho un nudo de garganta todo entero.
Ya sabes, querida Paloma, que esta enfermedad me ha tocado muy de cerca... me has emocionado hasta el punto de hacerme llorar. Sólo tú podías arrancar tanta belleza de semejante desolación. Eres grande, poeta. Un inmenso abrazo.
ResponderEliminarMagnífico y triste. Pero, hoy, yo, tan dado a la tristeza, quiero decir, en exaltación de la alegría, que hay algo que nunca se olvida: ese temblor cálido que producen una caricia o un beso.
ResponderEliminarBesos, pues.
Ps. Y enhorabuena por esas futuras con-versaciones.
Hermosisímo, impactante y tierno poema, que me llega muy hondo, Paloma querida. Nunca un café me supo tan amargo como el hallazgo de éste ritornello:"No sé poner café".
ResponderEliminarEl anuncio de la promoción es muy bueno, pero queda entrecortado, no sé si sera mi equipo o si el problema es vuestro, compruébalo.
¡Premio!, Leonor es, ciertamente, la mujer-niña de Antonio Machado, el gran amor del poeta, que murió muy joven de tuberculos.
Besos, guapa.
Elvira
Ya he estado en estado (valga la redundancia) y ha sido maravilloso, me gusta mucho y me encanta como lo recitas, me quito el sombrero.
ResponderEliminarHola, Paloma, he llegado a tu blog desde el de Laura Gómez Recas, me he dado un paseo por alguno de tus poemas y lo único que lamento es el no disponer de tiempo para poder pasar por aquí con más frecuencia. Dejo mi huella en este poema que me conmueve profundamente, a pesar de su tristeza es tremendamente hermoso y derrama poesía y una gran carga de humanidad. Precioso.
ResponderEliminarUn beso
Ana
PD. Por cierto, tengo un poema titulado Alcoba paralela
Sensibilidad a prueba de bomba, la tuya, Paloma.
ResponderEliminarQué bien escrito este poema cargado de emociones.
Besos.
Y felicidades por el día de hoy.
Estremecedor tu poema querida Paloma. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado como has abordado el tema de la frustración en tu poema..
ResponderEliminarBravo amiga..
Un abrazo
Saludos fraternos....
Que disfrutes del fin de semana..
Lindo tudo por aqui.
ResponderEliminarSucesso prá voce Paloma.... sempre!
Bj meu
MK
Amiga, un placer como siempre, haberme pasado por tu espacio.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Buen domingo.
*
ResponderEliminarPrecioso el poema, precioso y absolutamente brutal. Me ha encantado .
ResponderEliminarJJ
Maravilloso. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Me estremeció tu poema, el sabor amargo de ese café me hizo recordar hacia dónde vamos, que brutalmente hermoso lo dices.
ResponderEliminarUn beso desde el sur.