Quien ha excavado el pozo y sube el agua
yacente
arriesga el corazón en la separación de sus manos.
René Char
mira a su alrededor
en busca de,
para averiguar qué,
mira con unos ojos distintos
de tibia luz,
de esquinas minuciosas,
de agua bajo el agua,
mira con avidez los pronombres
porque ya no recuerda
la vibración que inflama,
se mira,
se penetra, se ahonda y se derrumba
justo al límite,
en la belleza cóncava
de un suspiro.
[foto: daniel southard]
Suspiro que rinde armas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Paloma. Besos
Es tan hermnoso como doloroso
ResponderEliminar«Ce qui vient au monde pour ne rien troubler ne mérite ni égards ni patience»
ResponderEliminar«Il faut deux rivages à la vérité» Diría el mismo Char, y así es tu poema, un cóncavo que arranca suspiros delineando orillas, entre las cuales se alborota, realizándose, la belleza.
Besos.
Mirarse muy adentro, para entender el afuera. Un abrazo.
ResponderEliminarBonito el suspiro que contiene todo eso.
ResponderEliminarUn saludo,
Jo, qué bonito.
ResponderEliminar"en busca de,
para averiguar qué"
entrecortar esos versos... le da mucha más fuerza.
gracias Paloma
Es muy hermoso, Paloma, y el anterior, Abril, de leer y leer casi me lo aprendo de memoria.
ResponderEliminarGracias
Ío
Ese suspiro final lo dice todo. Me gusta, Paloma.
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes el don. Un placer la lectura.
ResponderEliminarPrecioso, aunque duela.
ResponderEliminarUn besazo.
Pararse, penetrarse y nacer...
ResponderEliminarQue bellísimo poema, Paloma, engrandecido con el exacto tono en su lectura. Eso si que es pura vibración.
Un gran abrazo.